QUIENES SOMOS

MIMIEL, es el resultado del esfuerzo y dedicación de las abejas y de los apicultores Reme Gutiérrez y Salvador Escobar; desde hace mucho tiempo amantes de la Naturaleza y lo natural.

No contiene aditivos ni tratamientos de ningún tipo. No se calienta ni procesa. Se envasa directamente desde los panales.

Nuestras abejas recolectan el néctar y los mielatos de cerezos, castaños, brezos, robles, encinas y se enriquece con muchas otras especies. Esta combinación le confiere un sabor peculiar que la distingue.


lunes, 13 de julio de 2015

CERA VIRGEN A LOS CUADROS


Antes de la última visita al apiario, hemos tenido que preparar algunos cuadros con cera estampada para la colocación de nuevas alzas.

La cera es indispensable para que la abeja pueda construir la celdilla de cría y posterior acumulación de néctar. En algunos tipos de apicultura, los cuadros de cera no se utilizan; dejándose a las colonias que elaboren los panales de forma natural (Tipo warre). El proceso es bastante más lento y requiere mayor esfuerzo para las abejas, si bien es la formula utilizada naturalmente por ellas . Nosotros preferimos ayudarlas un poco y acortar periodos, por lo que utilizamos láminas de cera virgen previamente estampadas para que sólo tengan que estirarla.

La forma de hacerlo es fácil, se utiliza la energía proporcionada por una batería de 12 voltios para calentar los alambres de los cuadros.


Láminas de cera virgen

El calor generado hace que la cera colocada sobre estos alambres se ablande; facilitando así que la lámina quede "embutida" en el alambre o viceversa.

El procedimiento se lleva a cabo con unas pequeñas pinzas que hacen de terminales, una de las cuales se fija a uno de los extremos del alambre y a un polo de la batería, y la otra cierra el circuito en el otro polo/extremo hasta producir el calor necesario por el paso de la electricidad a través del alambre.

Material necesario. Batería y pinzas.

Como viene siendo la tónica habitual, este año el mercado de la cera virgen, sigue en pleno proceso de subida de precios. Por desgracia, gran parte de la cera producida en España es exportada a países vecinos, lo que disminuye la oferta interior con la consiguiente subida de precios por el aumento de la demanda.
Las láminas las hemos adquirido en lagares de cera tradicionales de la provincia de Zamora, de total confianza y garantía sanitaria.
El importe del Kilogramo de cera este año ha oscilado entre 8.5 y 9 euros.



miércoles, 1 de julio de 2015

LA DULCE VERDAD SOBRE LA MIEL


LA DULCE VERDAD SOBRE LA MIEL

¿Conoce el término “nutricionismo? Se refiere a la creencia de que los alimentos son sólo la suma de los nutrientes que contienen; en otras palabras: que el valor nutricional de la comida es la suma de todos sus nutrientes individuales. 

El nutricionismo es una de las trampas en las que caen muchos de los aficionados a la nutrición que, a fuerza de examinar con lupa los antioxidantes, aminoácidos, vitaminas y ácidos grasos presentes en los alimentos, y sus efectos para la salud, acaban olvidando que un alimento consumido en su totalidad tiene efectos concretos que van más allá de los componentes de cada una de las moléculas que albergan en su interior. 
Los alimentos naturales en estado bruto no pueden separarse en moléculas perfectamente catalogadas, pues contienen sustancias (algunas de las cuales son conocidas y otras continúan siendo un misterio) que dependen de la forma en que se cultivan y que pueden tener efectos aún desconocidos para la salud. Además, las interacciones entre los nutrientes son un campo muy poco conocido, sobre todo porque dependen del momento en que comemos, con qué acompañamos los alimentos, el tipo de cocción que utilizamos, etc. Así, las frutas no son meros contenedores de fructosa y agua, los frutos secos no son sólo cáscaras repletas de ácidos omega-6, y la miel no es una simple mezcla de fructosa y glucosa.


La miel es algo más que fructosa líquida

Muchas personas desconfían de la miel por su alto contenido en fructosa. Algunos nutricionistas llegan incluso a afirmar que no es mejor que el azúcar blanco. Es cierto que alrededor de un 40 % del peso total de la miel se compone de fructosa. La fructosa es un azúcar que se transforma fácilmente en grasa en el hígado. Se trata de un producto ampliamente utilizado en la industria agroalimentaria -que produce versiones de bajo coste a partir de maíz y de trigo (sirope de trigo)- y al que hoy en día atribuimos una gran responsabilidad en el aumento de la obesidad y la diabetes. No obstante, consumir la fructosa añadida a alimentos industriales no es lo mismo que consumir miel con alto contenido en fructosa. 

La miel es un auténtico alimento natural que ha acompañado al ser humano durante toda su existencia. Se ha ganado un sitio en nuestra mesa y merece que la conozcamos mejor.


El origen de la miel

Las abejas liban las flores para recolectar su néctar, un líquido rico en azúcar que almacenan en su interior y que transportan a la colmena. La miel se elabora dentro de la colmena en una actividad colectiva que consiste en tragar, digerir y regurgitar el néctar repetidamente, expulsándolo del tracto digestivo. Tras varios ciclos de este tipo, el néctar se transforma en miel, que posteriormente se recalienta, gracias a la actividad de las abejas, para evaporar el exceso de agua. Su composición y sus propiedades nutritivas dependen del origen del néctar y, por lo tanto, de las flores próximas a la colmena. La composición habitual de la miel es la siguiente: 

- Un 82 % de su peso son azúcares. 

- De un 30 a un 50 % es fructosa, siendo las mieles más líquidas las que tienen un contenido de fructosa más elevado. 

- Contiene vitaminas y minerales en pequeñas cantidades. 

- Contiene una mezcla diversa de antioxidantes. 

- También contiene peróxido de hidrógeno (agua oxigenada, extremadamente oxidante y antiséptica). 

- Y finalmente contiene enzimas, ácidos orgánicos, aminoácidos y péptidos.

La miel contiene cantidad de componentes poco habituales e interesantes para la salud 

Sobre la miel se han llevado a cabo más de 4.000 estudios científicos, que demuestran que tiene propiedades cicatrizantes y antibacterianas cuando se aplica sobre la piel. Actúa contra unos sesenta gérmenes y contra determinadas cepas de bacterias multirresistentes a los antibióticos. Resulta especialmente útil para combatir las infecciones por E. Coli, Staphyloccocus aureus, Helicobacter pylori y Salmonella.

Sus virtudes provendrían, en primer lugar, de su composición: por su acidez, impide que las bacterias se desarrollen; tanto es así que es capaz de atraer y absorber el agua que éstas necesitan para vivir. Contiene también peróxido de hidrógeno (antiséptico y antifúngico) y defensinas, unos péptidos capaces de inhibir el crecimiento de los gérmenes pero, sobre todo, flavonoides y numerosas enzimas que “digieren” los microorganismos, destruyéndolos. La miel es, por tanto, una sustancia viva y sumamente activa, por lo que no es de extrañar que por sí sola sirva de remedio para un gran número de enfermedades en el ámbito de las infecciones otorrinolaringológicas, gastrointestinales y cutáneas.

Efectos de la miel en la composición de la sangre 

Cuando usted come miel, seguramente es muy consciente de que se trata de un producto que tiene un contenido muy elevado de azúcares y calorías. Es normal que se pregunte si esto supone para usted un riesgo de aumento de peso o de incremento de las tasas de azúcar o de triglicéridos en sangre. Se ha realizado un estudio al respecto en 48 personas diabéticas. Y seguro que le sorprenderá saber que aquellas que consumieron miel durante 8 semanas experimentaron pérdida de peso y un descenso de sus tasas de triglicéridos y de colesterol total. Sin embargo, su tasa de HbA1c (hemoglobina glicosilada) había aumentado, lo que es malo. 

La tasa de hemoglobina glicosilada determina las concentraciones medias de glucosa en sangre en los últimos dos meses. Es una dato de mayor valor diagnóstico y pronóstico que el simple análisis de azúcar en ayunas (glucemia). Su valor normal se sitúa entre 5,5% y 6%. (2) Otro estudio realizado en tres tipos de personas -sanas, diabéticas o con hiperlipidemia (exceso de grasa en la sangre) revela que la miel:
 Aumenta en menor medida la glucemia que la dextrosa (glucosa) y la sacarosa (azúcar de mesa, sintetizada químicamente a partir de moléculas de glucosa unidas a fructosa).

Reduce la tasa de proteína C reactiva, un marcador de inflamación y de riesgo cardiaco. 

Reduce las tasas de colesterol y de triglicéridos. 

Reduce también la tasa de homocisteína, otro marcador sanguíneo asociado al riesgo de enfermedad cardiovascular. 

Los antioxidantes de la miel

La miel no procesada contiene abundantes antioxidantes que podrían tener grandes efectos beneficiosos para la salud. En términos generales, el consumo de antioxidantes en la dieta se asocia a un mejor estado de salud y a un menor riesgo de enfermedades. Algunos estudios realizados en seres humanos revelan que la miel de acacia aumenta la tasa de antioxidantes en la sangre.

Elija una miel oscura 

Solemos sentirnos naturalmente atraídos por el color dorado de la miel, y tendemos a pensar que una miel clara o incluso blanca es mejor. Sí es cierto, por ejemplo, que la miel de lavanda es muy clara y cremosa, y que además es exquisita. Sin embargo, hay que tener en cuenta el contenido en antioxidantes de la miel. Asi, los antioxidantes pueden oscilar en una escala de 1 a 20. En general, las mieles más oscuras, como la miel de castaño, superan al resto en términos nutritivos. Hoy en día, en Norteamérica, la miel de alforfón (o trigo sarraceno) canadiense es la más codiciada por sus propiedades terapéuticas. Es una miel marrón y densa, espesa y característica que desprende aromas y olores a madera y a tierra, a pesar de que su olor inicial es relativamente discreto. 




En conclusión:

Miel: sólo si no se tiene propensión a la diabetes

¿Debe consumir miel? Le corresponde a usted decidirlo y, como en otras muchas cuestiones de nutrición, depende del tipo de miel, pues el índice glucémico de la miel puede ser de bajo a elevado en función de la miel de la que se trate. Pero sobre todo depende de usted. Si tiene buena salud, es una persona activa, y no tiene propensión a la diabetes, la miel le sentará bien siempre que la consuma con moderación (por ejemplo, en el desayuno). Por el contrario, las personas con sobrepeso y con tendencia a consumir abundantes dulces y azúcares (pan, pasta, patatas y bollería) deberían evitar la miel. Pero si hay que elegir entre comer bombones o miel, mejor decidirse por una cucharada de este producto natural fabricado por las abejas. Si va a hacer repostería, plantéese sustituir el azúcar por miel. Es una excelente alternativa que aportará un aroma complementario y más rico, una textura más fundente y una buena carga de antioxidantes.
publicado en http://saludsanidadbienestar.blogspot.es/