La cosecha del año la realizamos el pasado día 18 de septiembre. Como siempre, un día de disfrute, incertidumbre e inquietudes. Pese a que seguimos sufriendo las consecuencias del pavoroso incendio de la Sierra de la Culebra, que afectó a nuestras colmenas, seguimos intentando superar y cerrar un capítulo estremecedor y doloroso para todos los amantes de la naturaleza y por supuesto los directamente afectados de una forma y otra.
Desde el punto de vista productivo, teniendo en cuenta los núcleos montados para este año, el número de colmenas ha sido reducido. Y la producción por colmena, más o menos en línea con la de anteriores cosechas.
La pluviometría durante la primavera ha sido caprichosa, bastante abundante; lo que dió lugar a floraciones muy variadas y melíferas. El verano, especialmente seco, no permitió que algunos vegetales produjeran suficiente néctar. Así por ejemplo, el castaño no ha aportado nada o muy poco a la cosecha del año. Igualmente, la encina y su melaza, tampoco ha sido productiva. Como consecuencia, la miel de esta temporada, tiene un carácter y sabor más floral, fresco y ligero; al tiempo que se nota bastante más clara que anteriores campañas.
Como siempre y en razón de la climatología de este año, las medidas preventivas de incendios, las hemos aumentado y vigilado especialmente. Todas las operaciones de uso del ahumador, han sido minuciosamente controladas con las máximas garantías de seguridad y prevención. Se han dispuestos garrafas de agua adicionales a las existentes de forma habitual; se dispuso de bates apagafuegos, se ha depositado el ahumador siempre dentro del cubo metálico que utilizamos ex profeso y se han instalado con la misma finalidad mallas antihierbas que permitan mantener el recinto del apiario limpio de maleza y por tanto con menos probabilidad de incendios.
Algunas imágenes del proceso
Cuadros preparados para quitarles el opérculo. |
Todos con la miel operculada y madura.
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