La cata de este año se ha hecho a mediados de septiembre.
El resultado ha sido satisfactorio.
Después de una primavera lluviosa y con mucha enjambrazón, con cambios de reina reiterados y en algunos casos inexplicables, hemos obtenido una miel, que como no puede ser de otra forma es fiel reflejo de las floraciones de nuestro entorno.
Es cierto que en el momento de elegir los cuadros, estaba la encina en plena producción de mielato, por lo que no se ha incorporado en su totalidad a la miel de este año. En consecuencia, resulta de unas características organolépticas, algo distintas a las habituales.
Así, se nota en el sabor que es más floral, incluso más fresco y dulce. El color, también resulta más claro, sin las tonalidades oscuras que le confiere el mielato.
En el momento de escribir estas líneas, la miel está en proceso de maduración y decantación, con el objetivo de que pierda las impurezas y restos de pólenes que hayan superado los anteriores procesos de filtrado. En nuestro caso, colocamos un filtro a la salida de la centrífuga y otro más en el mismo madurador.
Ello unido a la escrupulosa desoperculación a la que sometemos los panales, produce una miel prácticamente exenta de impurezas. No obstante, la dejamos decantar algunas semanas para poder envasarla con todas las garantías de pureza y calidad que exigimos a nuestro producto más apreciado.
Por otra parte, la extracción de los panales se hace cuando estos han sido operculados totalmente, es decir, cuando las propias abejas consideran que le miel está madura y con el grado de humedad adecuado, de tal forma que el llamado proceso de maduración, en nuestro caso, es más una formalidad procesal que una necesidad real.
Hay que considerar también que en las proximidades del apiario, durante este año, se han sembrado cultivos no habituales por la zona como el girasol, que como es lógico también se transmite a los panales.
Desconocemos la variedad pero la visitan con frecuencia |
a 400 metros del apiario principal |
Por primera vez, durante esta primavera, los muchos esquejes de Romero (rosmarinus oficinalis) que se pusieron en las inmediaciones de los apiarios, han florecido y proporcionado en alguna pequeña parte su exquisito néctar a nuestra miel.
Quitamos los opérculos de cera |
Primer filtrado a la salida de la centrífuga |
Nuevo filtrado a la entrada en el madurador |
El resultado. |
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